
Es así: tarde o temprano los elásticos terminan por resecarse y las caretas se caen. Ahora resulta que quienes abogaban por la declaración de la emergencia agropecuaria en TODO EL TERRITORIO NACIONAL, ponen el grito en el cielo porque el recorte también los toca a ellos.
La estrategia de la mesa de enlace fue la siguiente: como la premisa es desgastar, limar, esmerilar al gobierno K hasta que se desgaste y caiga (Alfredo de Angelis dix it), los señores que dicen defender los intereses de la gente de campo vieron en la sequia una nueva oportunidad para machacar y peticionar ante las autoridades. Su exigencia era que se declarara la emergencia agropecuaria en todo el país, lo cual implica la exención de impuestos para los productores por obvias razones y, por ende, una reducción considerable en la percepción de dinero por parte del Estado en concepto de impuestos. Ahora bien, no todo el territorio nacional está sufriendo la terrible sequia, entonces ¿Qué buscaba la Mesa de Enlace proponiendo esto? ¿limar al gobierno y de paso ganar un poco de reconocimiento entre sus representados al escindirlos del pago de impuestos? ¿sacar liquidez financiera al Estado?¿al pueblo? Lo dejo a su libre albedrio.
Pero ¿por qué se enoja Buzzi? En un momento de crisis tan grande como el que estamos atravesando no solo por la sequia y otros desastres ambientales sino por la crisis del capitalismo mundial, los países requieren del esfuerzo de todos sus habitantes para mantenerse a flote y campear la situación. Son las reglas del juego, eso implica vivir en sociedad y como todo tiene lo bueno y lo malo. El señor Buzzi como siempre, salió puchereando en los grandes medios masivos de comunicación porque las medidas no son suficientes y ahora encima se los “persigue por haberse enfrentado al Gobierno tan férreamente”, pero la verdad de la milanesa es que al declarar la emergencia, la Federación Agraria Argentina (a la que pertenece el dirigente en cuestión) deja de percibir el dinero que le reportaba un sellado especial para el transporte de granos que debía pagar el productor a esa organización que funciona de intermediaria para la operación. Una medida que los deja sin la mitad del dinero que percibían en sus arcas.
O sea, sin ánimos de ofender ni ser mal pensado, el echo de que se hayan opuesto a la resolución 125 pero ahora breguen por la continuidad de un impuesto que percibe su entidad, parece mostrar que su pretensión era que los argentinos en su totalidad banquemos al campo en esta mala racha (cosa que no se hace con otros sectores privados) pero sin afectar sus propios intereses. O sea que en la perinola de Buzzi y los muchachos rurales, el “todos ponen” esta borroneado y ahora los que defienden medidas puramente recaudatorias y para hacer caja son ellos.
Por Matias Levin
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